El alquiler de placas y otras fórmulas de obtener energía solar fotovoltaica sin comprarlas
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Publicado: 4 enero, 2024

El alquiler de placas y otras fórmulas de obtener energía solar fotovoltaica sin comprarlas

alquiler de placas solares

El interés por la instalación de energía solar fotovoltaica para el hogar no deja de crecer. En algún momento, cualquier consumidor se plantea la posibilidad de consumir su propia electricidad y contribuir, de este modo, a un mejor planeta, menos contaminado. 

Sin embargo, y a pesar de las ayudas que el estado y autonomías ofrecen, no todas las economías familiares pueden permitirse llevar a cabo la inversión de su instalación, principalmente en lo referente a la compra de las placas solares necesarias. 

Afortunadamente, el mercado está brindando diferentes alternativas para cubrir esta necesidad sin llevar a cabo la inversión inicial y beneficiarse del autoconsumo que ofrece este tipo de instalaciones. En la actualidad, es posible alquilar placas solares, pero también contratarlas usando el sistema leasing o financiarlas.

Ventajas del alquiler de placas

Al fin, algunas empresas especializadas están ofreciendo alternativas a la compra de placas para aquellos que no pueden permitirse el lujo de comprar los paneles necesarios para llevar a cabo una instalación solar fotovoltaica en su hogar. Con el alquiler de las placas solares, se fomenta el autoconsumo y se colabora en la transición ecológica de las energías a precios realmente bajos, ya que no obliga a ninguna inversión inicial, pudiendo dar el paso hacia este tipo de consumo energético.

Con el alquiler, sin llegar a ser propietario de la instalación, el dueño o inquilino de la vivienda se podrá beneficiar de las ventajas que ofrece, ahorrando en la factura de la luz desde el minuto 1. Así mismo, se van a evitar las fluctuaciones que se vienen sucediendo en la factura de la luz, hecho que se mantendrá incluso cuando se presenten circunstancias extremas, como las del máximo en el precio del gas. 

Como cabe suponer, al ser una energía limpia y renovable, se colabora activamente en la mejora del medioambiente, reduciendo la emisión de gases de efecto invernadero y, con ello, frenando el avance del cambio climático. 

Por otro lado, aunque se trata de un alquiler, se puede seguir recibiendo ayudas y subvenciones municipales que siguen activas y que tienen como misión impulsar las instalaciones de estas placas a nivel residencial. Así mismo, es posible obtener compensación económica por la energía no consumida. 

El funcionamiento del alquiler de placas solares para consumo fotovoltaico

Los pasos que se han de dar para obtener las ventajas de este tipo de infraestructuras comienzan con la autorización por parte del propietario de la vivienda para la instalación en el tejado a la compañía instaladora. Esta empresa enviará a un instalador certificado y después de colocarlas será la propietaria del sistema. Como esta empresa instaladora es la dueña, se deberá comprometer tanto a su completa instalación y funcionamiento como al mantenimiento de todo el sistema durante el tiempo que se haya estipulado en el contrato, asegurándose de ofrecer la electricidad siempre dentro de los niveles óptimos de este tipo de maquinaria. 

Por último, el dueño de la vivienda deberá abonar una cantidad mensual a la compañía en concepto de alquiler del sistema. Recibirá el 100% de la energía generada a cambio de este pago. 

En relación a la cuota mensual, podrá variar según las dimensiones de la instalación, la cual dependerá del consumo que se requiera a petición del dueño de la vivienda, que será un cálculo aproximado del consumo que quiera cubrir.

Como norma general, las empresas ofrecen la opción de comprar la instalación o dejar que sea recogida por la empresa cuando termina el contrato. Lo más habitual, llegado este momento, es que el cliente se quede con la instalación para que, de este modo, pueda seguir disfrutando de sus beneficios, ya sin los costes de alquiler. Es la opción más conveniente, y la que va a permitir que se siga ahorrando en el consumo eléctrico, habiendo evitado, en su momento, el enorme gasto que implica la inversión inicial con una compra. 

Los contratos de alquiler se estiman en 20 años máximo, lo que significa que la instalación seguirá produciendo un mínimo de 30 años más sin coste alguno. El pago mensual por este alquiler suele ser de unos 25 euros.

Condiciones para el alquiler de placas solares

Para la contratación de este tipo de servicios habrá que considerar la duración del contrato que podrán ser, en dependencia de la capacidad económica del cliente, de una duración de entre 5, 10 y 20 años. Los pagos mensuales incluirán tanto el uso de las placas y la energía que estas generen como los servicios acordados de mantenimiento, reparaciones, seguros…

En este sentido, hay que establecer quién se hace responsable según qué tipo de daños, las responsabilidades legales que compañía y cliente poseen, así como qué tipo de seguro son los necesarios y habituales para que ambas partes queden protegidas en caso de incidencia.

En relación a la finalización del contrato, hay diferencias entre un alquiler y un sistema de renting. Y es que las empresas suelen ofrecer la renovación, la actualización con placas solares más eficaces, comprar el sistema o la devolución de los componentes, algo que en el caso del renting no suele ocurrir. 

El leasing y la financiación

Otros dos tipos de fórmulas para acceder al uso y disfrute de la energía que producen las placas solares, sin tener que abonar una cantidad inicial, generalmente bastante abultada, son el leasing y la financiación bancaria. Cada una de estas opciones tiene sus pros y contras, que se verán a continuación. 

En el caso del leasing, el cliente se quedará finalmente con la instalación, siendo el sistema similar al alquiler o al renting, aunque con la diferencia fundamental que el objetivo final es que el propietario de la vivienda sea también el dueño de la instalación.

Es en sí mismo un proceso de compra, dejándose establecido el precio final y completo de la instalación antes de la firma del acuerdo. En este precio se deberá tener en consideración el cálculo del valor residual de los paneles solares. 

La financiación es una opción más, un producto bancario que tiene como finalidad ser un consumidor de energía solar fotovoltaica a partir de una instalación propia. Es un tipo de préstamo clásico, una fórmula muy frecuente para este tipo de infraestructura, sin embargo, y gracias a algunos tipos de ayudas y financiación, es posible pedir créditos con este objetivo a interés cero.

Por otro lado, no son pocas las empresas instaladoras que facilitan este tipo de préstamos con planes de pago de 4 o 5 años (incluido todo el coste de la instalación más los intereses generados), facilitando los trámites a sus clientes.  

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